Regalar a los invitados una fiesta de la que jamás se olviden. Esa idea la veo cada vez más presente en las bodas y es lo que la hace única. Pero hablemos de cosas concretas: me gustaría presentarles a Alba y Antonio. Los conocí como parte de una cuadrilla de amigos invitados en una boda en Famara, Lanzarote, y unos años más tarde me propusieron que fuera el fotógrafo de su boda en Torrejón de la Calzada, Madrid. En esta fiesta, no había sentido del ridículo, no había presiones, no había prejuicios, ... y sobraba la amistad, la diversión, la creatividad y el buen rollo.
Segundo fotógrafo: Nicolás Melián